Por Darío Fiori
El puesto del arquero es una de las posiciones más ingratas, y al mismo tiempo una de las más criticadas. Chicco (3) está atravesando momentos difíciles. En el último partido contra Instituto, quedó en evidencia algunas debilidades en su desempeño que merecen analizadas. Fue señalado como responsable de dos de los tres goles que Colón recibió en el encuentro contra Instituto. El primer gol, un frentazo de Martínez para igualar el marcador, dejó a muchos cuestionando la reacción del arquero. ¿Por qué es responsable? Porque no salió a cortar el centro en el área chica. En situaciones como esa, se espera que un arquero tome la iniciativa y se anticipe al delantero, pero Chicco pareció estar indeciso y reaccionó tarde. Posteriormente, se redimió de cierta manera con una atajada espectacular, un manotazo a mano cambiada tras un potente remate de Cuello desde media distancia. En el 2-1, también estuvo al arquero en el centro de las críticas. Una vez más, Martínez conectó un centro de cabeza y tuvo una floja respuesta. El arquero padece problemas para lidiar las pelotas detenidas en contra y esto ya es una debilidad muy marcada.
Espínola (4) jugó apenas 45 minutos. Uno de los aspectos más destacados de su actuación fue su participación en el ataque. A pesar de no proyectarse con frecuencia hacia el frente, en la única ocasión en la que lo hizo, dejó su huella al proporcionar un centro atrás perfectamente ejecutado que culminó en la definición de Wanchope de Roffo. Además, su actuación en la defensa dejó algunas dudas. En particular, fue muy contenido y lidió mas de la cuenta con el tándem formado por Bay y Acevedo, lo que pone de manifiesto es que tiene que mejorar su desempeño en la marca y proyectarse con criterio. En el 1-1, se quedó quieto y permitió el salto de Martínez.
Por su parte, Conti (5) alternó buenas y malas. No tuvo su mejor día en las pelotas detenidas en contra, ya que Instituto ganó mucho por arriba. Aún así, fue uno de los pocos que se salvó del aplazo, junto con Garcés. Sorprendió a todos con un golpe de cabeza que tomó desprevenido a Roffo casi marcando el segundo gol del Sabalero en los primeros diez minutos del partido. Rechazó una pelota crucial en la primera etapa sacando el balón en la línea de gol. Tuvo dificultades en algunos momentos, particularmente por el sector de Delgado. Quedó descolocado en algunas ocasiones y no fue sólido desde el fondo. El mejor de la defensa termina siendo una vez más fue Garcés (6). Durante los primeros cuarenta y cinco minutos de juego, tuvo un trabajo arduo, especialmente en el relevo constante a Delgado, quien la pasó mal en su sector. Se anticipó en cada movimiento ante los delanteros de Instituto, y su presencia en la defensa fue crucial para mantener el arco a salvo. Sin embargo, no siempre lo va a salvar. Ganó siempre en el mano mano a mano y apenas perdió un solo duelo de cabeza.
En el fútbol, es común escuchar el refrán «la culpa no es del chancho, sino de quien le da de comer», y parece que esta frase se aplica perfectamente a la situación de Delgado (3). Pese a que el defensor es un jugador con experiencia y habilidades en su posición natural (marcador central), que Gorosito lo haya puesto como carrilero por izquierda fue un error táctico que quedó evidenciado en el campo de juego. Es verdad que en el Colón campeón su desempeño fue muy bueno, pero utilizarlo en esa posición implica un desgaste físico mayor al que ya no está acostumbrado, y esto se vio reflejado en el partido. Pipo le ratificó la confianza y no estuvo a la altura de las circunstancias. Uno de los aspectos más preocupantes fue lo frágil que fue defensivamente. En repetidas ocasiones, fue superado con mucha facilidad. Generó vulnerabilidades en la defensa y requirió la intervención constante de su compañero, Facundo Garcés, quien tuvo que relevarlo en varias ocasiones para evitar situaciones de peligro. Pasó poco tiempo en posiciones avanzadas y no logró marcar una diferencia significativa en la construcción de las jugadas ofensivas del equipo.
Álvarez (4) tiene buen pie y clase pero no funciona como doble 5 de recuperación. Cuando tiene la pelota en sus dominios, puede marcar la diferencia, como por ejemplo, cuando intentó dos tiros de media distancia. En el primer intento tocó la red del lado de afuera. Al final del encuentro, otro disparo de media distancia fue controlado sin problemas para Roffo. Sin embargo, tiene varios inconvenientes a la hora de retroceder y mantener la posición defensiva. Desde que llegó a Santa Fe, hasta el momento Cardozo Lucena (3) no demostró por que tiene que ser titular en el esquema inicial de Gorosito. Pasó inadvertido. Se mostró impreciso con la pelota en los pies y cometió errores en la distribuciones. El paraguayo se encuentra en un momento de transición en el fútbol argentino.
En los últimos partidos, Tomás Galván (4) se transformó en el goleador del equipo. Siempre se destacó por su capacidad para llegar al gol y aprovechar las oportunidades que se le presentan. Pero hace varios partidos, que viene influyendo poco en el juego. Es cierto que el ex jugador de River está más orientado hacia el aspecto ofensivo del equipo que hacia sus responsabilidades defensivas. Expone al equipo a desequilibrios en la mitad de la cancha, especialmente cuando el rival cuenta con jugadores interesantes en esa zona. Este partido suyo, me hizo recordar al clásico del 1-1 cuando también tuvo problemas para contener los avances de Machuca. Apenas intentó un remate de zurda, pero un defensor rival logró bloquearlo.
Botta (3) jugó su peor partido desde que viste la camiseta de Colón. Quedó muy por debajo de las expectativas. Tuvo apariciones a cuentagotas. De jugadores de la calidad del ex Tigre y Bari siempre se espera más. No dio la talla. Fue difícil para el equipo generar juego, ya que la pelota siempre fue de Instituto. Lo mejor de su actuación fue cuando, en la primera etapa, metió un centro preciso desde el sector izquierdo para el cabezazo de Germán Conti. Asimismo, en una desafortunada acción en el segundo tiempo, se resbaló al intentar ejecutar un tiro libre, dándole al equipo de Diego Dabove un contraataque. Por su parte, Santiago Pierotti (4), que había sido figura en Central, no pudo equilibrar en el uno contra uno. Comenzó por la derecha, pero luego pasó al sector izquierdo, tratando de colaborar en la recuperación defensiva. Así, habilitó a Wanchope en la jugada que hubiera sido el 0-2. Desafortunadamente, el ex jugador de Boca estaba en posición adelantada. Hoy Colón extrañó a Batallini en ese lugar.
Por último, Wanchope Ábila (5), quien se ganó un lugar en el once titular en las últimas horas y tiene una relación especial con Instituto por su origen, tuvo un arranque prometedor al abrir el marcador con una precisa definición al palo izquierdo de Roffo. Logró marcar con un zurdazo al ángulo superior izquierdo de Roffo, pero estaba en posición adelantada. En el segundo tiempo no le dio un pase al medio para Álvarez porque estaba muy apretado. Luego, empezó a perder incidencia en ataque y fue reemplazado por Javier Toledo, quien fue silbado por los cuatro costados.
Los que ingresaron
Baldomero Perlaza (3): Para Gorosito la idea era ubicarlo al lado de Cardozo Lucena para que manejara la pelota, tuviera despliegue y llegara con criterio al área rival. Pero no cumplió con su cometido. En una de las primeras pelotas que tocó, abrió a la derecha para la llegada de Álvarez, pero su remate se fue desviado.
Gian Nardelli (2): reemplazó a Espínola al inicio del segundo tiempo. Hizo mucho abuso del balón largo. Siempre le atacaron a la espalda y no ofreció garantías defensivas. Perdió la marca en el cabezazo de Adrián Martínez en el 2-1. Sobre el final, Martínez aguantó la pelota y Nicolás Barrientos con un remate cruzado desató la fiesta estableciendo el 3-1 definitivo, que terminó siendo justo, tal vez no en el marcador, pero sí en el resultado.
Javier Toledo (3): Siempre que ingresó desde el banco de suplentes aportó algo diferente. En su debut, en la primera pelota que tocó, marcó el 2-2 final ante Talleres en la Copa Argentina, luego ante Rosario Central, asistió con el pecho a Pierotti que terminó siendo derribado por Quitana y la conversión de Botta. Contra los marcadores centrales de La Gloria perdió casi todos los duelos. Durante los 25 minutos que estuvo en el campo, su aporte fue escaso. Es que jugó de espaldas al arco y estuvo errático en la entrega del balón. Ni siquiera disparó a puerta.
Braian Guille (-): Apenas 15 minutos del ex jugador de Atlético Tucumán. Era el revulsivo en cancha. Se ubicó en la banda derecha y en la primera que tuvo, llegó hasta el fondo para que Conti conecte un cabezazo que controló Roffo. También lanzó un centro por la izquierda que parecía conectar con la cabeza de los delanteros sabaleros, pero Roffo controló el balón con seguridad. Tiene actitud.
Stefano Moreyra (4): Ingresó para dar equilibrio al mediocampo. Se ganó una tarjeta amarilla.
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Fuente: SOY Deportes
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