Desde su arribo en enero, las elecciones de Mario Sciacqua no han sido las más acertadas en Colón. Ni con los entrenadores ni con los cuerpos técnicos. Sin embargo, continuaría siendo el Secretario Técnico de la institución.
Sin Eduardo Domínguez, un “todoterreno” que excedía sus funciones de director técnico de Primera División abocándose a otras áreas también vinculadas a lo futbolístico, transmitiéndole tranquilidad a José Vignatti, Colón decidió incorporar la figura de Secretario Técnico. El elegido para tal función fue Mario Sciacqua.
Sciacqua llegó en enero y entre los movimientos más trascendentes que se produjeron en ese lapso fueron los arribos de Julio César Falcioni y Sergio Rondina como entrenadores, cuyos resultados están a la vista, la vuelta del Pulga Rodríguez, la incorporación de Ramón Ábila y las salidas de históricos como Burian, Piovi, Mura, Aliendro, Lértora, Castro o Morelo.
Pero si hubo caras nuevas que pasan desapercibidas fue, prácticamente, por su escasa relevancia en el terreno de juego. Llegaron Sánchez Miño, Novillo, Sandoval, Vega, Teuten, Ibáñez, Chicco, Álvarez, Perlaza, Picco, Schott y Otazú entre los dos mercados de pases que Sciacqua fue el Secretario Técnico.
Está claro que el balance, en estos más de ocho meses, da negativo para Sciacqua. Sin embargo, Vignatti continúa convencido de que permanezca en el club y sea quien esté al frente de las principales decisiones futbolísticas. El margen es escaso: “Marito” no puede volver a equivocarse con la elección del reemplazante de Rondina.
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Fuente: SOY Deportes
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