Cuando cayó al piso en pleno superclásico, el ex mediocampista de Colón, Rodrigo Aliendro sintió que algo grave había ocurrido. Que el golpazo accidental de su rostro contra la rodilla izquierda de Alan Varela no había sido gratuito. Por eso alzó su mano pidiendo con urgencia un médico. El dolor agudo en el rostro y la hemorragia nasal fueron síntomas de lo que se acabaría diagnosticando en el vestuario visitante de la Bombonera: una fractura de macizo facial con hundimiento de malar y compromiso del piso de la órbita, motivo por la cual será intervenido quirúrgicamente en los próximos días.
Este domingo, Peti quedó internado en observación en el Sanatorio Finocchieto, donde a través de una serie de chequeos el cuerpo médico del club -encabezado por Pedro Hansing– determinaron la necesidad de una operación para tratar la fractura.
Una que a modo preliminar al volante le habían observado en la zona de camarines, luego de haber sido retirado en carrito: los especialistas de Boca pusieron a disposición el resonador del club para verificar el grado de la lesión, que afortunadamente no tuvo consecuencias en el cráneo ni en el cerebro.
A posteriori, ya con aquella primera mirada, se tomó la decisión de trasladar a Aliendro en ambulancia al sanatorio, donde pasó la noche de su primer Súper.
Visiblemente afectado, con la cara hinchada aunque ya con la hemorragia controlada, Aliendro no pudo disfrutar de su bautismo en clásicos. El volante había ingresado en el entretiempo en lugar de Andrés Herrera, en un intento de que River tuviera mayor tenencia en el medio. Sin embargo, el infortunio lo terminaría sacando de la cancha 22 minutos después de su ingreso (entró Agustín Palavecino).
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Fuente: SOY Deportes
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