Lo primero que hay que decir y subrayar es que hace poco más de un año, Colón con esta dirigencia, logró lo que nunca antes en más de 100 años de historia: alcanzar el primer título, dar la primera vuelta olímpica en un torneo de Primera División. El Sabalero selló a fuego para la posteridad aquel 4 de junio de 2021, día en el que sumó la primera estrella a la tan futbolera ciudad de Santa Fe. Clarísimo.
Desde ese día hasta hoy, hubo varios pasos en falso. Nada ni nadie opacará la conquista, pero se supone que esa estrella era la piedra fundamental para lo mucho que vendría. No ocurrió. Para algunos pareció el final de una larga búsqueda y con la estrella entre las manos, se durmieron en el firmamento.
De la misma manera que se pueden elogiar cada uno de los pasos para alcanzar aquel glorioso 4-J, también se podrían enumerar los yerros acumulados desde aquel día inolvidable para la patria rojinegra hasta hoy: se fueron rápidamente varios eslabones de aquel tan preciado plantel. Más tarde se bajó el capitán del barco (E.D.) siendo reemplazado por un «veterano de guerra» en el final de su etapa profesional y desprotegido de refuerzos importantes. Se dilapidaron partidos, se «rifaron» competencias (Copa de la LPT o Copa Argentina) y se apostó por una Libertadores que dio algunas señales interesantes, y parecía que llegarían «buenas nuevas» conociendo la llave post fase de grupos… el barco se hundió en la orilla y delante de su propia gente ante un pragmático Talleres.
Se fue con pena la competencia internacional y sin gloria alguien que de entrada parecía le quedaba grande el saco, dadas las circunstancias… y el paso del tiempo lo confirmó.
Y como si esto fuera poco, el equipo se desfiguró con la salida de Beltrán y la de los CAMPEONES, Aliendro (el jugador más determinante de los últimos años) y Lértora (el comandante en jefe, con una pertenencia digna de jactancia). Se fueron debiendo quedarse al otro día del 4-J. También se fue Burián, tantas veces determinante. Sumados a las partidas anteriores de Escobar, Piovi, Mura, Castro, Ferreyra, Morelo, el Puga (se fue y volvió) y algunos más que en los «créditos» asoman en el rol de «papeles secundarios»: Góez, Legui, entre otros… Hoy Colón necesita de una total y absoluta reconstrucción.
Era obvio que había quienes se irían y otros tantos que se quedarían. Pero pasó todo junto y muy rápido. Pasó que el tiempo y los laureles durmió a más de uno en el firmamento de una estrella que será eterna, pero que hay que cuidar, no solo con el grito sagrado que baja orgulloso de las tribunas… también con quienes la defienden en la cancha, o en los escritorios; desde la conformación de un plantel, el juego mismo… hasta el trato al socio que respalda con la cuota la gestión.
Aún en tiempos «menos buenos» que los recientes, y por lo mucho que ocurrió hasta un año, vale la pena ser indulgentes y renovar el crédito. Arranca una nueva etapa en Colón con Rondina a la cabeza y con la estrella brillando para siempre en el «pecho izquierdo»… esa tan bien ganada que exigirá siempre más!
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Por Gustavo Mazzi
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Fuente: SOY Deportes
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